LAURÓPATA

Foto: David Sims

La vida se llena de pequeñas cosas, de jazz-suites (como dice P.Power), unas más largas y otras un poco menos.

Hay imágenes que se nos quedan prendidas en la retina por muy simples que nos puedan parecer, pero que por su belleza efímera nos enamora...

A veces lamento no llevar la cámara para recoger esas imágenes simples que consiguen arrancarme una sonrisa y rellenarme el corazón... Pero en el fondo me alegro...

Las semanas no terminan de pasar, mi sueño se altera, y tengo una docena de pinzas pellizcándome el corazón. Abogo a mi supuesta madurez, a mi raciocinio y hago mi lista de pros y contras... y ahí andamos... intentando creer que es lo mejor, aunque tenga la certeza de que no; de que a larga sería peor, aunque sé que sería un maravilloso sueño; de que el camino lo he de andar yo y sólo yo, aunque no paro de mirar hacia atrás por si tú andas por el mismo camino...

He pensado en montar una piscina con este exceso de gotas de mi, pues realmente me estoy ahogando. Los excesos, incluso de sentimientos bonitos, no son buenos... porque sigo sin encontrarle el sitio a todo esto... creo que he perdido facultades para guardar cosas bonitas, y ahora se quieren quedar conmigo, y de tantas que hay me hacen daño...

Ayer estuve por dos horas en un trocito de África, y el Olof, y sus miradas sonrientes y amigables me hicieron sonreír... ¿qué tienen lo africanos negros que me hacen sentir tan bien?

Ayer me quedé prendada de un señor y dos señoras en una parada del autobús, ya de noche, ellas comiendo pipas, él con su bastón, los 3 con sus pijamas y batas...

Ayer me hizo reír la cola de coches en la S-30 tras un coche de la Guardia Civil... qué "cívicos" somos ante la "autoridad"...

Qué cívicos somos cuando hablamos con quien nos importa... cuando quizás, lo que queremos es comernos a besos, gritar, fundirnos en abrazos, y perdernos en la mirada...

En fin... pues eso... mi jazz-suite...que está llena de desacordes armónicos...