LAURÓPATA

L: Hoy soñé que estaba encerrada en una habitación sin luz

X: Ajá...

L: Y fuera había risas y ruidos, pero por más que gritaba no me escuchaban

X: Ajá

L: Las voces a veces se alejaban y entonces intentaba pensar con claridad, pero la angustia me vencía.

X: ...

L: Palpé con mis manos una pequeña hendidura en la pared y comencé a rascar con mis uñas

X:...

L: Yo rascaba pero se me gastaban los dedos, y con ellos las manos y el agujero se hacía grande a lo ancho, pero no en profundidad.

L:...

X: ¿qué más?

L: Nada más, desperté con la sensación de que me estaba ahogando.

X:... Ajá

L: Usted cree que conseguiré llegar al otro lado?

X: ¿Para qué quieres salir?

L: Para ser feliz

X: ¿quién está al otro lado?

L: Mi certeza

X: Pues a por ella

L: No me deja

X: No te rindas

L: No lo hago, pero se me gastan las manos.

X: Te rendistes

L: No, pero no tengo manos...

X: Pues utiliza el resto del cuerpo...

L: Y si desaparezco?

X: Y si llegas?

L: Y si muero por el camino?

X: Y si llegas?

L: Y si llego y se va?

X: Anestésiale la cabeza y pregúntale al corazón por qué marcha...

L: No sé... me da miedo

X: Miedo a qué

L: A... que se lleve mi corazón con ella

X: ¿Qué corazón?...

L mira hacia su pecho y ve un gran hueco en él.

Se asusta, respira para que el pánico no la pierda y con relativa serenidad lo rellena de tiritas. Marcha a dormir, a seguir rascando la pared con lo que le queda de cuerpo...