viernes, 25 de junio de 2010

Disertaciones sobre otras crisis...

Foto:Laura Zorrilla

Últimamente no paro de escuchar la palabra crisis ¡qué novedad!,
de escuchar a los sin papeles que "inshalá" se pudieran volver a su país,
de que si nos bajan el sueldo y nos suben los impuesto,que si la gente trabaja sin descanso para ganar dos duros y no tener ni tiempo para gastarlo...
Pero la crisis que más me preocupa es la de la gente a la que quiero, esa que veo casi cada día y me hace sonreír.
La que más me preocupa es la que me afecta, directamente al corazón, al alma o...llámalo X, a eso que tod@s tenemos dentro y no para de rum-rumnearnos dentro...

Crisis de que... ¿el corazón? ... ¿la vida? ... ¿la edad?...

Tras múltiples conversaciones con "mi gente" y conmigo misma, llego a las palabras "aburrimiento", "falta de ilusiones", "más de lo mismo"...
Y sí... ¿y si todo es que nos faltan ilusiones, el motor de la vida? Yo miro hacia dentro, y me pregunto... En mi caso las encuentro, tengo ilusiones, de crecer, de estudiar, de viajar... y de hecho es lo que me hace sonreír cada mañana (bueno eso, mi gata y algunos recuerdos subiditos de tono...)

Pero he de reconocer que encuentro también desilusiones e incredulidades a las cuales no estoy habituada y mi grado de adaptación a las mismas es lento y de sentido negativo. Vamos! que no, que no me gusta sentir dolores en el corazón!

El otro día hablaba con una buena amiga, y llégabamos a la conclusión de que no teníamos razón alguna para quejarnos, ¡¡¡al contrario!!! Tenemos/Tiene/Tengo todos los requisitos indispensables para ser jodidamente felicesl!! Gente maravillosa a mi alrededor, que me quiere, me cuida y me hace crecer... Un trabajo que me ofrece posibilidades en esta sociedad capitalista y tiempo libre... Estamos más sanas que una pera... Somos positivas, nos hace sonreír los detalles de la vida y no hay cansancio que no haga quejar...

Y pese a todos esos maravillosos condicionantes...
y pese a ser consciente de todo...
pese a responder "estoy bien" porque es afortunadamente real...
estamos chof... Pero no ni una ni dos... sino que se me terminan los deditos de la mano (de las que lo "confesamos" y se me terminan los del pie con las que no lo dicen pero se les nota a legua.


Y digo yo... ¿será la monotonía? El devenir de los días, que a veces se parecen demasiado y no somos ni capaces de distinguir unos de otros???? Una se "amonotona" hasta de salir, de tomar cervezas y de tanta fiesta...

Tenemos crisis de vida!! Lo tenemos todo y queremos más y mejor!!!
Y yo me apunto!!!
Y me reitero en que sé que soy una privilegiada, y lo valoro, y lo siento y lo quiero...
Pero mira!!! quiero/queremos más y mejor!!

Quiero/Necesito ir al encuentro de mis ilusiones a pasos más firmes y acelerados. Quiero/Necesito alejar de mi corazón sus "incredulidades" pues eso me roba tanta energía... Quiero cosas bonitas y claras, fáciles y disfrutables, quiero ilusionarme haciendo planes, aunque éstos sean imposibles, quiero ser yo sin medida ni mordidas de labios.

Como dice otra muy buena amiga... Siempre vas a encontrar excusas maravillosas para no hacer lo que deseas... Siempre va a pasar algo que va a hacer que no te muevas... El dinero, la familia, los compromisos con la gente que te rodea, tus miedos más internos... Y sí el primer paso es duro, muy duro... pero lleno de satisfacciones y valentías cuando lo das.

La vida es maravillosa, y hay que saber mirarla así... El sentido a la vida se lo damos nosotr@s y no al contrario... La vida está para vivirla y disfrutarla, para ser y para apostar por una misma...
Luchemos contra esta crisis del corazón y barramos el desasosiego, el aburrimiento y el dejarse llevar...
Vamos a vivirnos, y vamos a cuidarnos pa' que dure lo máximo... porque la vida es maravillosa y a veces lo olvidamos.

"La vida no se mide por la cantidad de respiros que damos, sino por los momentos que te han quitado el aliento"

lunes, 7 de junio de 2010

viernes, 4 de junio de 2010

Pérdidas


Graham Franciose

"Hace tiempo, un mal día, perdí a mi perro. Quizás es un equívoco llamarlo mío, porque él nunca fue de nadie. Según dicen los expertos, son los perros quienes nos consideran suyos. Por eso los entristece nuestra ausencia, son ellos quienes nos pierden a nosotros. No sé, el mío había conseguido embaucarme con su amor delirante y su ciega lealtad al ir y desandar de mis pasos...

Durante semanas lo busqué hasta colmar a los demás, lamenté su ausencia hasta que de tanto nombrarlo quienes me quieren empezaron a levantarse de la mesa cuando la evocación se prolongaba. Y dado que uno puede aceptar todo antes que hacerse al ánimo de perder a todos sus cariños al mismo tiempo, evité las remembranzas en voz alta y me propuse mandar al perro de Quevedo al arcón en que se guarda la nostalgia de las cosas y los seres prohibidos al recuerdo público.

Punto: Mañana seguiré con esto de las pérdidas. Porque contar alivia." Ángeles Mastreta

Preparando mi arcón de nuevo...

Lo peor de las pérdidas es que llegan por sorpresa, casi que una no se la espera.
Lo peor de la sorpresa es que no es buena, y entonces adopta forma de aguja, pero con la superficie de un cuchillo... Evidentemente no todas las pérdidas son iguales ¡válganme los dioses! Y las pérdidas materiales son las que menos huella dejan en el corazón...

Las pérdidas de amor, esas sí que son jodidas... Llegan así sin avisar, y se queda una con cara de tonta, intentando asimilar la situación, intentando mantener la compostura, cuando una lo que quiere es gritar, golpear, romper y hasta autolesionarse... Pero no, una respira profundamente e intenta mantener el tipo...

Llorar está permitido en la mayoría de sus casos, aunque depende del tipo de amor y la situación presente. No es lo mismo, socialmente llorar ante la ausencia de un progenitor, que llorar frente a la mujer que te acaba de romper el corazón...

Es más!!!! El tiempo da "derechos"... No llora una igual, ni con la misma intensidad, frente a la mujer que compartió contigo 9 años de tu vida, que frente a la mujer que lleva 2 meses haciéndote soñar... Socialmente está mejor visto y tiene más permisividad el lloro y el rechinar de dientes frente a la primera. Con la segunda, si la pena te embarga se permite un chorreo de lágrimas controlado. Los gritos, el llorar a moco tendido, y el desgarro del cuchillo en el corazón se hace en silencio... Y si está presente la susodicha, se va una muy digna al baño y allí se retuerce una de dolor con cuidado de que no se te escuche. El grito liberador vendrá más tarde, cuando una esté en soledad y no pare de preguntarse qué hizo mal, por qué...

Lo malo de las pérdidas es que por mucho arcón en el que lo intentes guardar éste siempre está presente... Y cuando llegan amores nuevos (del tipo que sean) este arcón abre su tapa para recordarte "ten cuidado que mira lo que te pasó"... Y una deja de ser una misma, y una deja de confiar, y se cierra, y se pone la coraza, y no se gusta, y no se cree nada.

Y si, a pesar de las advertencias del arcón, una confía, y logra quitarse esa coraza, y se queda al desnudo, y piensa que sí que es, que no se lo inventa, que está ahí, que puede ser... Pues eso... una se queda en pelotas y el cuchillo hace más daño del que "socialmente" le correspondería. (Y si la coraza te la habías logrado quitar tras años de llevarla puesta y aparece la pérdida, así, sin avisar...¡¡¡madre mía!!!! los daños pueden ser irreparables!)

Y te jodes.

Y te prometes que ya nunca más desoirás a tu arcón... Y la próxima coraza te juras a ti misma que será impenetrable.

Conclusión:

Una no pierde lo que no tiene.
Y cuando no tienes te pierdes...